Resumen: Fue la primera fábrica de cementos de Gipuzkoa. En 1846, cuando José Leonardo Corta, vecino de Zestoa, junto con Manuel Linazasoro y José María Zubimendi vecinos de Deba, crearon la sociedad José L. Corta y Compañía, para producir cal hidráulica corriente. Comenzaron moliendo en las antiguas ferrerías de Iraeta y Lili, de Zestoa, la marga caliza extraída de la cantera de Ibañarrieta, tras calcinarla en los hornos instalados en Agote e Iraeta. En 1914 se transformó en Corta y Compañía, S.L. y poco más tarde vendieron la actividad de Iraeta a Echeverria, Castillo y Compañía, para terminar fusionándose, en 1946, con Uriarte Zubimendi, S.A., cerrándose la fábrica de Agote hacia 1954.
Historia:
La primera fábrica de cemento conocida en Gipuzkoa fue fundada en marzo de 1846, bajo la razón social José L. Corta y Compañía, por José Leonardo Corta Lazcano (1803-1869), vecino de Zestoa, junto con Manuel Linazasoro y José María Zubimendi vecinos de Deba, para producir cal hidráulica corriente. Tuvieron dos centros de trabajo, en Agote e Iraeta.
Más tarde, se fueron produciendo los cambios generacionales de los miembros de la sociedad. Así, el año 1888, nos encontramos con José Luis Corta Echeverria, de Zumaia, hijo de José Leonardo, Francisco Linacisoro Beracoechea y Venancio Zubimendi Balzola, de Zestoa, como dueños de la empresa Corta y Compañía. Eran propietarios de la fábrica “Santa Cruz” de Agote y arrendatarios de la de Iraeta.
Antes del 21 de marzo de 1890, se incorpora como socio Carmen Olaizola Macazaga, en lugar de su esposo Francisco Linacisoro, tras el fallecimiento de éste.
El 27 de abril de 1895, muere José Luis Corta y Silverio Corta Lecue, su hijo, entra en la sociedad. Según se puede deducir de un documento de agosto del mismo año, antes de esa fecha se produjo otro cambio al entrar como socio Estanislao Echave Galarraga, natural de Artadi, en lugar de Carmen Olaizola, con quien contrajo matrimonio el año 1891.
El 26 de marzo de 1898, se constituye una nueva sociedad, con la misma denominación de Corta y Compañía, según se recoge en la escritura autorizada por Francisco Otermin, notario de Zumaia, con la participación de Silverio Corta Lecue, su madre Clara Lecue Aranbarri, Estanislao Echave Galarraga, su esposa Carmen Olaizola Macazaga, y Luis Olaizola Macazaga, éste en calidad de tutor de la menor Ana Linacisoro Olaizola. Estanislao Echave sería luego el gerente de la empresa.
El año 1914an, se transformó en Corta y Compañía, S.L. y años más tarde vendió las instalaciones de Iraeta a Cementos Zumaya y Electricidad, S.A., sucesora de Echeverria, Castillo y Compañía, propietaria de la fábrica de cementos de Txiriboga. En 1946, para afrontar mejor la situación económica se fusionó con la fábrica de Bedua, creando Uriarte, Corta y Zubimendi, S.A.
En 1954 cerraron la fábrica de Agote, mientras que la de Bedua continuó funcionando.
Características y producción:
La marga extraída de la cantera de Ibañarrieta se calcinaba con el carbón de Aizarna, procedente de las minas del monte Ertxiña: “Sin Nombre” o también conocida como “Katre Mina”, oficialmente la primera mina abierta en Aizarna, el año 1844. y también las denominadas “El Porvenir” y “Porvenir aumento”.
Según consta en un documento, poco después de la creación de la sociedad José L. Corta y Compañía, el 26 de mayo de 1846, Esteban Linazasoro solicita y recibe en cesión, por nueve años, la antigua ferrería de Alzolaras de abajo, que lleva tiempo parada, «con objeto de pulverizar la cal hidráulica que se propone hacer en el horno de fundición de vena, que se halla al frente de la misma ferrería y otros que por su cuenta pueda hacer«. En el mismo documento se compromete a hacer a su costa las ruedas y demás maquinaria que necesite para pulverizar la cal. Aunque no se sabe con certeza, posiblemente, esta iniciativa estaba relacionada con la sociedad.
Tuvo dos localizaciones, la fábrica “Santa Cruz” en Agote y la fábrica de Iraeta, con dos hornos y dos piedras de moler en cada una. En Iraeta utilizaban parte de la infraestructura de la antigua fandería de Iraeta, propiedad del Duque de Granada de Ega, donde se instaló uno de los primeros martinetes empleados para el machaqueo de la piedra caliza calcinada. Hay que resaltar que, a lo largo de varios años, simultanearon en Iraeta la fabricación de cal hidráulica, y la de hoja de lata y chapa. Esta última actividad desarrollada por José Arambarri y Compañía, en instalaciones arrendadas al Duque de Granada, al igual que Corta y Compañía.
En vista de la buena marcha de las ventas de cemento, la empresa decidió mejorar las instalaciones de molienda y pulverización de Iraeta, para lo cual solicitó autorización para aprovechar las aguas del río Urola. No obstante, también utilizaban la ferrería de Lili, de Zestoa para moler la marga calcinada.
En 1888, participó en la Exposición Universal de Barcelona, donde exhibieron su producto en tres barriles y algunos frascos; en uno de los primeros, la piedra cruda, en otro la calcinada, y en el tercero el cemento elaborado. Fueron distinguidos con una medalla de plata.
Fue en 1894 cuando, siguiendo los pasos de otros fabricantes, construyeron una nueva fábrica, en Agote, denominada Santa Cruz, en las inmediaciones del caserio Agoteazpikoa, que constaba de cuatro edificios, centralizando y racionalizando el sistema de producción. Tenía 8 hornos continuos (la piedra y el carbón se cargaban por la parte superior y salía calcinada por la inferior), a donde se transportaba la piedra en vagones desde la cantera de Ibañarrieta, y 5 pares de ruedas para moler. Posteriormente, instalaron un molino tipo Morel, horizontal y giratorio, con bolas de hierro. Al principio, los molinos eran impulsados mediante tres máquinas de vapor con una potencia de 150 CV; más tarde, introdujeron la electricidad, procedente de la central hidroeléctrica “Barrena” de Elgoibar, del zumaiarra José Agustín Arbillaga, e instalaron dos motores eléctricos de 80 CV. Tenía dos chimeneas altas de las que se conserva una en la actualidad. A pesar de los avances introducidos, mantuvieron en Iraeta dos viejos molinos de piedra movidos por agua.
Es de resaltar el interés que tuvieron Corta y Compañía y el propio José Luis Corta, en los barcos, creemos que preferentemente mercantes, algunos dedicados al transporte de cemento, según se refleja en el testamento de José Luis Corta. En el mismo figura la balandra “Purísima Concepción”, de una eslora de 19,63 m. y 23,80 toneladas, construida en 1894 por Pedro Alberdi, en Zumaia, para Santiago Beristain, José Luis Corta y Estanislao Echave. Además, se citan otros tres barcos construidos en Ondarroa y un cuarto en Aginaga.
Igualmente, tenemos la referencia de la goleta “San Telmo”, construida, también, en el astillero de Pedro Alberdi, el año 1897, por encargo de Corta y Compañía. Y del poder concedido por Estanislao Echave Galarraga, como gerente de Corta y Compañía, a Guillermo Acarregui de Lekeitio, el año 1906, para que adquiera participaciones en una sociedad colectiva a crear para la explotación de un vapor mercante.
Para facilitar las operaciones de embarque de su producto, tenían un almacén en el puerto de Zumaia, en las Riberas nuevas, en la margen derecha del rio conocido entonces como Arrona, hoy Narrondo, que ocupaba un terreno de 1.038 m2., desde donde embarcaban en los barcos, el cemento envasado en barriles o sacos.
Los datos que disponemos referentes a la producción de la fábrica ponen de manifiesto su importancia:
Año | 1904 | 1907 | 1910 | 1913 | 1916 | 1929 | 1930 |
Tns. | 14.000 | 14.420 | 14.200 | 14.910 | 9.700 | 8.100* | 7.400* |
* Excluída la fábrica de Iraeta
Hacia el año 1915 traspasó la fábrica de Iraeta a la sociedad Echeverria, Castillo y Compañía, propietaria de las fábricas “Ventura» y «Concepción” de Txiriboaga.Al principio del siglo XX la fábrica “Santa Cruz” contaba con una plantilla de 30 trabajadores, entre la fábrica y la cantera. En 1904, un peón tenía un jornal de 4 pesetas. Los trabajadores nuevos, 50 céntimos o una peseta diaria. También había trabajos más singulares, así un carpintero cobraba 4 pesetas y media al día, y los canteros 5 pesetas.* Excluída la fábrica de Iraeta.
Tras finalizar la guerra civil, redujeron la jornada laboral, y a mediados de la década de los 40, los trabajadores cobraban 5 pesetas diarias, en cobros quincenales.
Aunque para entonces ya se habían fusionado con Uriarte Zubimendi, S.A., en agosto de 1949 solicitaron autorización a la Delegación de Industria, en nombre de Corta y Compañía, para “(..) la construcción y funcionamiento de una línea de transporte eléctrico de 5.000 voltios”, para el servicio de la fábrica de Arrona.