Resumen: A principios de 1918 Carmelo Castrillo Olavarria, socio de la Sociedad de Estudios y Construcciones de Ingeniería (Valhonrat Castrillo y Cía.) S.C.L., de Bilbao, entra en contacto con el ayuntamiento de Zumaia para comprar 8.000 m2 de terreno en el ensanche de Arrangoleta con intención de instalar un astillero dedicado a la construcción de barcos de hormigón armado. La iniciativa de construir embarcaciones de hormigón armado en Zumaia se quedó en el intento ya que el 10 de setiembre de 1919 se comunicó el abandono del proyecto y el traspaso del arriendo de los terrenos a Astilleros Eraso.

Los orígenes de los barcos de hormigón

Una de las consecuencias de la I Guerra Mundial fue la escasez de materiales, el hierro entre otros.namsenfjord-primer-barco-de-hormigon_noruega_1918 Este hecho propició la utilización del hormigón armado en la construcción de embarcaciones. La primera embarcación de cemento en Europa fue un bote de remos construido en 1849 por Maurice Lambot en Carces, Francia, y aunque en años posteriores se construyeron, sobre todo, gabarras y barcazas en Alemania, Italia, Holanda, etc. para transportar carga en canales, hubo que esperar hasta el 25 de agosto de 1917 cuando el astillero Fougner Staalbeton Skibsbyggnings Company, de Moss, Noruega, construyó, con gran repercusión internacional,Carta al Alcalde, 1918 a su propio riesgo (incapaz de encontrar un naviero que lo financiase), el primer diseño de un buque de altura con casco de hormigón, el «Namsenfjord», preparado para navegar en alta mar.

Precisamente ese mismo año 1917, se construyó, en la desembocadura del rio Kadagua, la primera embarcación de hormigón armado del Estado español, una gabarra llamada “Catalina”, en los astilleros de la Sociedad de Estudios y Construcciones de Ingeniería (Valhonrat Castrillo y Cía.) S.C.L., de Bilbao. En los dos años siguientes llegaron a construir otras dos gabarras y un barco mercante.

Proyecto no materializado

Esta novedosa producción naval estuvo a punto de introducirse en Zumaia.Parcela Plano Arrangoleta A principios de 1918, Carmelo Castrillo Olavarria, en nombre de la citada sociedad bilbaína, entra en contacto con el ayuntamiento de Zumaia para comprar 8.000 m2 de terreno en el ensanche de Arrangoleta con intención de instalar un astillero dedicado a la construcción de barcos de hormigón armado. Tras un periodo de negociaciones, el 15 de abril del mismo año, Carmelo Castrillo llega a firmar un contrato de arriendo de 11.274,29 m2 de terreno. No obstante, en escrito dirigido al Alcalde de Zumaia con fecha de 6 de mayo de 1918, el señor CastrilloCarta al Alcalde, 1918 cede los derechos y obligaciones del contrato a la Sociedad de Construcciones Navales de Hormigón Armado, creada el 4 de marzo de 1918, de la que era gerente. Finalmente, en una carta fechada el 10 de setiembre de 1919, comunica el abandono del proyecto y el traspaso del arriendo de los terrenos a Astilleros Eraso.

Aunque esta fue una iniciativa que quedó en el intento sin llegar a materializarse, merece ser mencionada por la importancia del proyecto y como muestra de la efervescencia que vivió la construcción naval en Zumaia al final de la Primera Guerra Mundial.

 

ZAH, Sig. 319.04