Resumen: Los astilleros Arrizabalaga y Olasagasti fueron, junto a los astilleros de Bedua, los principales constructores de barcos de madera de Zumaia. Esta empresa que inició su actividad en 1925 se estableció en las instalaciones de Arrangoleta de la antigua Eraso S.A. hasta que en 1930 cambió su ubicación y pasó a ocupar los terrenos del caserío Flores. El 27 de diciembre de 1937 se constituyó como Arrizabalaga y Olasagasti, S.L., para transformarse en Arrizabalaga y Olasagasti, S.R.C., el 14 de junio de 1946. Dedicaron su actividad a la construcción y reparación de buques especializandose en vapores de pesca y lanchas motoras. Esta empresa se cerró en 1967, aunque la baja en el Registro Industrial se produjo en 1971.
Historia: Los astilleros Arrizabalaga y Olasagasti fueron, junto a los astilleros de Bedua, los principales constructores de barcos de madera de Zumaia. Sus fundadores Zacarias Arrizabalaga Urdampilleta (Zumaia, 1888-1959) y José Mª Olasagasti Lerchundi (Orio, caserío Mariaerrota, barrio Ortzaika, 1886-1963), trabajaban en Astilleros Eraso, S.A., en Pasaia, cuando, en 1925 decidieron establecerse por su cuenta en las instalaciones que ésta última empresa dejó en el ensanche de Arrangoleta en Zumaia, en terrenos colindantes con el Hotel Amaya. Así, el 7 de noviembre de 1925, en escritura autorizada por el Notario de Donostia el Sr. Aguinaga, compraron a Astilleros Eraso, S.A. los pabellones, maquinaria, herramientas, materiales, etc. con los que contaba en esa fecha.
En los primeros años tuvieron que salvar algún que otro escollo. El más relevante fue el relacionado con el expediente de desahucio abierto por el Ayuntamiento de Zumaia contra Astilleros Eraso S.A. por el impago de las rentas y gastos ocasionados por la ocupación del terreno. Para poder continuar con su reciente actividad, la empresa tuvo que llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para liquidar las deudas y reclamaciones exigidas.
Como el proyecto del Ayuntamiento para el Ensanche de Arrangoleta era el de convertirlo en zona residencial, tras varios requerimientos por parte del municipio para que abandonaran las instalaciones, solicitaron trasladarlas a la zona más alejada del Ensanche donde estaba el campo de futbol, pero ante la negativa del Ayuntamiento, finalmente, optaron por trasladarse a otra zona. Así, el año 1930 abandonan las instalaciones de Arrangoleta para ubicarse en los terrenos del caserío Flores, de 800 m2 de extensión, propiedad del Conde del Valle, situados en la margen derecha del rio Urola, junto al estribo derecho del ‘Puente grande’, siendo los costes del traslado de 16.000 pesetas. Seis años más tarde, el 27 de diciembre de 1937 la empresa se constituye como Arrizabalaga y Olasagasti, S.L.. con un capital de 10.000 pesetas. Y el 14 de junio de 1946 la sociedad volvió a ser modificada, convirtiéndose en Arrizabalaga y Olasagasti, S.R.C. ampliando el capital social hasta 150.000 pesetas.
Tras el fallecimiento de los dos socios, fueron sus respectivos hijos quienes continuaron con la actividad de la empresa hasta su cierre el año 1967, siendo dado de baja en el Registro Industrial en 1971.
Características y producción: A pesar del duro comienzo, pronto se dieron a conocer en el mercado, publicitándose para reforzar su imagen en el Anuario de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Gipuzkoa del año 1927, mediante un anuncio en el que se presentaban como “Z. Arrizabalaga y Olasagasti – Sucesores de Astilleros Eraso, S.A.”, Astilleros de Construcción y Reparación de Buques – Especialidad en Vapores de Pesca y Lanchas Motoras. Del hecho de presentarse como sucesores de Astilleros Eraso, se puede deducir el prestigio alcanzado por estos últimos.
Es muy probable que el primer barco construído por Arrizabalaga y Olasagasti, el año 1925, fuese el denominado “Salvadora”. Su foto fue utilizada en los primeros anuncios publicitarios de la empresa y según decía a su pie fue para Luanco. Pero posteriormente debió cambiar de mano pasando a Cecilio Iriarte Goyenechea y otros, de Ondarroa. Durante la Guerra Civil, dicho barco marchó a Bilbao en la evacuacion de Ondarroa, en octubre de 1936 y movilizado como dragaminas por la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi, en mayo de 1937, como D-20. Finalmente quedó inservible tras un ataque de la aviacion franquista en Portugalete, el 13 de junio de 1937. La caldera y la máquina de vapor con las que fue equipado fueron fabricados por Carmelo Unanue.
Al cambiar de emplazamiento del astillero, el año 1930, a los terrenos del caserío Floreskua, ocuparon unos edificios preexistentes tal y como se manifiesta en una certificación de enero de 1952, del Alcalde accidental, en la que se dice refiriéndose a Arrizbalaga y Olasagasti, S.L., que desde el año 1930 “(…) está emplazada dicha industria a ambas márgenes de la carretera de Zumaya a San Sebastián, por la costa, hallándose instalado, en la margen derecha de la carretera dicha, un edificio destinado a serrería, cuya construcción data del año 1915 ó 1916, procediendo de la misma época el emplazado a la izquierda de dicha carretera y destinado, como siempre, a oficinas y almacén.”
La noche del 15 de febrero de 1941, fecha imborrable en los anales de la historia reciente de Zumaia, en la que un fuerte viento sur derribó el tren a la ría, también los astilleros de Arrizabalaga y Olasagasti sufrieron las consecuencias quedando destrozado el pabellón que contenía la grada. El mes de septiembre solicitaron autorización para la reconstrucción del edificio en un escrito dirigido al Ayuntamiento. Dicho escrito fue firmado por Modesto Ezcurdia, administrativo de la empresa, quien habitualmente se desplazaba a Orio, su lugar de residencia, en el tren que fue derribado por el viento al rio Urola, pero que ese día decidió quedarse en Zumaia.
La empresa y sus instalaciones gozaban de muy buena consideración por los medios de los que disponían. El pabellón del lado izquierdo de la carretera contenía una grada cubierta con una pendiente del 5% en la que se construyeron numerosas embarcaciones de madera de tonelaje muy variado, entre 22 y 137 toneladas. Estas eran las máquinas que disponían, en 1942: una sierra de cinta con carro de 1,00 m. de diámetro, una sierra de cinta de 0,90 m. de diámetro y una cepilladora. Además, contaron con un buen herramental y un puente grúa, recurso éste no muy habitual en aquella época. En cuanto a recursos humanos se refiere, a mediados de 1932 contaban con una plantilla de 33 obreros, llegando a alcanzar los 40 hacia 1945.
En 1951, motivado por un convenio establecido con Balenciaga S.A. ampliaron los astilleros ocupando terrenos de las marismas situadas en el lado derecho de la carretera en dirección a Getaria. Con este cambio pretendieron pasar la construcción de barcos de madera a las nuevas instalaciones mientras las antiguas situadas en el lado izquierdo se destinaban a la construcción de cascos de chapa. Sin embargo, esta nueva línea de negocio duró poco tiempo, sólo llegaron a construir dos ó tres barcos, decidiendo volver a la situación anterior y continuar con la construcción de cascos de madera en la margen izquierda de la carretera. Esta ampliación, con la que llegaron a ocupar 2.800 m2, fue aprovechada para legalizar una ocupación anterior de las marismas.
Sin embargo, la paulatina introducción de los cascos de chapa en la flota pesquera marcó el declive de estos astilleros llegando a su cierre. Posteriormente, las instalaciones fueron adquiridas por Desguaces Barinaga, que conserva hasta la actualidad el pabellón que alojó la grada.
Hasta el 29 de julio de 1953 llevaban botados 191 barcos, de unas proporciones medias de 120 toneladas y 28 metros de quilla. Posteriormente, construyeron más de otras 30 unidades.