Resumen: Empresa creada por el alemán Otto Holke, pionero en el campo de la máquina-herramienta, el año 1935. Se estableció en las instalaciones adquiridas a Talleres Askar en la calle Etxezarreta y se dedicó a la fabricación de máquinas fresadoras. Esta empresa fue un importante centro de formación de mano de obra cualificada. Cesó su actividad en 1994.
Historia: Otto Holke (1897-1971), nació en Altenhagen, en la región alemana de Westfalia, el 7 de agosto de 1897. Cursó estudios en la Escuela de Grado Medio (Fachschule), de Solingen, y tras el paréntesis de la Primera Guerra Mundial,
entre los años 1919 y 1925 trabajó de ayudante de responsable técnico en las empresas “Pränafawerke Karl Engels”, en Solingen-Gräfrath y “Friederich Klopp Shapinmaschinenfabrik”, en Solingen-Wald, estableciéndose por su cuenta en esta ciudad en 1925. El año siguiente se incorpora a la empresa Sabino Achotegui y Cía., más tarde Construcciones Sacia, S.A., de Soraluze, para dirigir el diseño, desarrollo y puesta en fabricación de una máquina limadora inspirada en las limadoras Klopp. También hay que decir que Otto Holke asesoró a la empresa “Hijos de Juan de Garay, S.A.”, de Oiñati, en la fabricación de monturas de paraguas.
Hombre de carácter recio, con gran dominio de los aspectos técnicos y que supeditaba a la calidad otras variables empresariales, introdujo importantes innovaciones técnicas, vigentes en Alemania pero desconocidas en aquellas fechas en el País Vasco y en el Estado español.
Una de esas fue la técnica del rasqueteado, tan importante para el acabado de las superficies de deslizamiento en guías prismáticas de las máquinas, como bancadas, carros y columnas. Fue además, amigo de la práctica, como pone de manifiesto una de sus frases, que recuerda su hijo menor Rudolf, conocido como Rudy: «toda teoría es gris, la práctica es la que cuenta». Otto Holke figura entre los pioneros, en el Museo de la Máquina-herramienta de Elgoibar.
Tras permanecer nueve años en la empresa Sabino Achotegui y Cía. piensa en iniciar una nueva etapa. Atraído por la existencia de personal bien capacitado en la industria mecánica, por los conocimientos y experiencia acumulados durante treinta años, Otto Holke vio adecuado establecerse en Zumaia. Para ello, el 15 de julio de 1935 adquirió las instalaciones de Talleres Askar, anteriormente de Yeregui y Compañía, dando comienzo a la construcción de máquinas-herramienta y en concreto, fresadoras universales.
Al año de iniciar su actividad en Zumaia, se produjo el levantamiento franquista. La empresa fue militarizada, hecho que se puede apreciar en la etiqueta que se adhería a los impresos de carta de las empresas en esa situación.
Durante ese periodo la empresa tuvo que dedicarse a la fabricación de ojivas que se ensamblaban con los cuerpos de granadas que se fabricaban en la empresa Victorio Luzuriaga, de Pasaia.
El año 1938 constituyó al 50%, junto con el alemán Hans Keller afincado en Zarautz, la empresa Cartonajes Finos, S.L., para la manufactura de estuches para los juguetes que producía Keller. Las instalaciones estaban al lado de la fábrica y en la parte inferior de la vivienda de Otto Holke, y dió empleo a 5 ó 6 mujeres. Parece ser que las primeras contrataciones de personal para esta nueva actividad las hizo la empresa Otto Holke. Así se desprende del escrito de solicitud de autorización para la admisión de las mujeres que trabajaron en Cartonajes Finos, con fecha de 22 de junio de dicho año, dirigido al alcalde. Esta autorización era preceptiva por ser una empresa militarizada.
A finales de los años 60, se produjo el cambio generacional en la dirección de la empresa, encargándose de la gerencia Helmut Holke, el hijo mayor de Otto, quien estableció la oficina comercial en Donostia. El hijo menor, Rudy, se decantó por las actividades de import-export.
En la historia industrial de Zumaia, la empresa de Otto Holke ocupa un lugar especial por ser considerada como un importante centro de formación de profesionales mecánicos, tanto de mano de obra cualificada como de técnicos, gracias a la especial sensibilidad del empresario por el trabajo bien hecho
y a la importancia que le otorgaba a la capacitación del personal. En este sentido es de destacar su participación en la puesta en marcha de la Escuela Profesional Virgen de Arritoquieta de Zumaia, a comienzos de los años 50.
Otto Holke falleció el 7 de setiembre de 1971, en Donostia.
A partir del 1 de enero de 1986, la empresa pasa a denominarse Ida Holke Wasiak “Otto Holke» refiriendose a la esposa de Otto Holke, Ida.
El 17 de noviembre de 1994, la empresa fue dada de baja en el Registro de la Delegación de Industria por cese de actividad. Los edificios fueron demolidos para la construcción de la urbanización de Kantauri Plaza.
Características y Producción: Otto Holke comenzó su andadura en Zumaia con la producción de fresadoras universales. La actividad de la empresa sufrió un impás en esta producción con el estallido de la Guerra Civil, de 1936, momento en el que fue destinada a la fabricación de ojivas para granadas.
Después de la guerra, reanudó la fabricación de fresadoras universales que tanta fama le dieron por su robustez, calidad y precisión. A partir del modelo F0, fue desarrollando nuevos modelos F1, F2, F3, F4 y F5C.
El año 1953 tenía un capital de 729.843,07 pesetas y esta es la descripción que hacía de la fábrica y del proceso de fabricación: “La fábrica se compone de un taller de máquinas y otro de montaje, más un departamento destinado a fragua, otro a pintura y pintado de máquinas, además de otros departamentos para almacenes y oficinas. Posee asimismo una fundición de hierro que actualmente utiliza a nombre de Fundiciones Apestegui. Dispone asimismo de un laboratorio.
Utiliza para aprovisionarse y distribuir sus mercancías, de la línea del f.c. del Urola que se encuentra lindando con la fábrica, y también de los camiones de transporte que pueden entrar al interior de la fábrica. El proceso de fabricación, es la mecanización y montaje completo de máquinas de precisión.”
A finales de los años 60, se produjo un importante cambio en la estrategia de producto de la empresa, abordando un tipo de fresadora más económica.
Así, dio comienzo a la fabricación de fresadoras de torreta tipo “Bridgeport”, desarrollando una amplia gama de modelos, los F10V, F11V, Super F12V, F13V o F14P. También desarrolló la gama de taladros-fresadora con los modelos F1V, F7V o F8V. Hacia 1973, introdujo el control numérico en sus fabricados, construyendo entre otros los modelos CNC-1, F15-CNC-A, MNC 363 ADX, F16-CNC con almacén de herramientas y el F20-CNC-R.
Es de subrayar la transferencia de tecnología, de las fresadoras de torreta, efectuada a la empresa MITCO, de Sudáfrica.
El número de fresadoras universales fabricadas osciló entre las 20 y 50 unidades anuales, en función del tipo y tamaño de las máquinas.
En cambio, llegaron a fabricarse hasta más de un centenar de unidades mensuales de las fresadoras de torreta, siendo reseñable la producción de 100 unidades mensuales durante dos años para un importante distribuidor de Alemania.
En épocas de crisis de la máquina-herramienta, también se dedicó a realizar algunos trabajos de subcontratación o a fabricar otro tipo de producto ajeno al sector. Así, hacia 1946 ó 1947 fabricó manguetas de dirección y bujes de rueda para tractores y en mayo de 1950 solicitó autorización a la Delegación de Industria para producir motores Diesel de 10/12 HP de potencia, bajo la licencia de Yeregui Hermanos, con la marca ‘HOYE’, iniciales de HOlke-YEregui, solicitud que dio lugar a un recurso de oposición de Babcock & Wilcox, de Bilbao.
No obstante, superada la oposición, pudo llevar adelante el proyecto produciendo motores en pequeñas series con destino, entre otros, al mercado de bombeo de agua de pozos de las Islas Baleares o al de motores auxiliares para el sistema de alumbrado de barcos, como fue el caso del motor instalado a bordo del barco de cabotaje, ‘Isturiz’, que frecuentaba el puerto de Zumaia, según recuerda el que fue trabajador de Otto Holke, Antonio Granados.
Cabe citar también, que algunos tornos utilizados en tareas de producción con unas características especiales de robustez y precisión, fueron fabricados en la propia empresa en los años de la postguerra.
Como muestra de su preocupación por la aplicación de los avances técnicos para la mejora de la calidad de sus fabricados y de su característica de hombre pionero,
se debe señalar que fue uno de los primeros en el Estado español en introducir una máquina rectificadora ‘Polygon’, el año 1953. También lo fue en la utilización de plaquitas de cerámica en las herramientas de corte
En 1953 disponía del siguiente parque de maquinaria: 2 mandrinadoras, 7 fresadoras, 5 limadoras, 20 tornos, 3 rectificadoras, 8 taladros, 1 cepilladora, 2 sierras, 1 esmeriladora, 1 compresor, 1 cepillo vertical y 1 máquina de afilar.
La energía eléctrica utilizada como fuerza motriz procedía de Iberduero y la potencia instalada era de 83 HP, con un consumo anual de 90.000 Kw.
La plantilla de personal con que contó la empresa varió desde los 30 trabajadores iniciales hasta los 80 del año 1950, los 92 tres años más tarde y los 115 hacia finales de la década de los 50. Los jornales del personal de la empresa en 1950 oscilaban entre las 5,20 y 40 pesetas diarias.
