Resumen: Julian Eguiguren abordó la fabricación de máquinas-herramienta, junto a sus hermanos Pedro, Joaquín, Félix y Juan, al crear en 1940, en Zumarraga, la sociedad Construcciones Mecánicas Eguiguren . Fue en 1948 cuando Julian se instaló en Zumaia creando un nuevo taller mecánico. En 1950 se separó de los hermanos y acometió en solitario la fabricación de tornos, especializándose en la fabricación de tornos paralelos universales que se comercializaron bajo la marca “JEGUI”. La empresa cesó su actividad en 1971.
Historia: Julian Eguiguren Echave, nació en Azpeitia el 16 de febrero de 1910, hijo de Matías Eguiguren y Carmen Echave. Estudió contabilidad en los Maristas de Azpeitia y empezó a trabajar, a los 18 o 19 años, en la agencia de transportes Miguel de Ugalde, de Zumarraga, que, entre otras cosas, se encargaba del transbordo de mercancías entre las diferentes estaciones de ferrocarril de dicho pueblo.
Comenzó su trayectoria empresarial con la apertura de un taller en Azpeitia, cerca del frontón, con la ayuda económica del empresario de Zumarraga. En mayo de 1940, junto con sus hermanos Pedro, Joaquín, Félix y Juan, creó Construcciones Mecánicas Eguiguren, en Zumarraga, en un local donde se almacenaban las bombas fabricadas durante la guerra por la empresa Irimo, lugar en el que los hermanos Eguiguren construyeron su primer torno.
Poco más tarde, se trasladaron a Zestoa donde abrieron un taller y fundición, y el año 1948 Julian se instaló en Zumaia, solicitando la autorización oportuna para abrir “(…) con un capital de 350.000 pesetas una nueva industria de taller mecánico al objeto de poderse dedicar al mecanizado de piezas procedentes de su fábrica matriz de Cestona ..” según consta en un informe favorable remitido por el Sindicato Nacional del Metal a la Delegación de Industria de Gipuzkoa el 11 de setiembre de 1948.
Según relataba Aquilino Elosua, a la vuelta de su exilio en Francia, el mes de mayo 1948, empezó a trabajar con Julian Eguiguren, teniendo su puesto de trabajo en Elgoibar primero y poco más tarde en Zestoa, a donde se desplazaba a diario, para las tareas de probado y verificación de los tornos antes de su expedición al cliente.
Al poco tiempo, en 1950, Julian se separó definitivamente de sus hermanos y acometió la fabricación de tornos en Zumaia, para lo cual trasladó las instalaciones a un edificio de dos plantas que construyó en el antiguo Camino del Faro.
Su filosofía de empresa no fue la habitual de la época. Se centró principalmente en las funciones de diseño, montaje y comercialización, subcontratando a talleres auxiliares buena parte del mecanizado de piezas. Además, Julian Eguiguren procuró hacerse con los operarios que más destacaban en la industria mecánica de Zumaia ofreciendo mejores salarios que otras empresas. Asi pues, no asumió el pacto no escrito existente entre los empresarios de Zumaia, de no admitir a ningún obrero proveniente de otra empresa de la localidad. En opinión de algunos, Julian Eguiguren fue un hombre emprendedor y dinámico, que empleó unos modos de operar diferentes a los que eran usuales en la época, fue el industrial que ‘revolucionó’ la mentalidad patronal y social de Zumaia.
La historia de la empresa no estuvo exenta de litigios. El primero de ellos el año 1952, en el que Julian Eguiguren interpuso, por vía judicial, una denuncia por hurto de planos contra Pablo Goicoechea Cendoya que comenzó a fabricar tornos en la empresa María Nazabal y Cía. S.L. domiciliada en Azpeitia. Según permite deducir el informe remitido por la Delegación de Industria al juez de primera instancia de Azpeitia, el 12 de julio de 1954, no debió prosperar la denuncia ya que en él se resta valor a los planos sustraídos.
El segundo, fue a consecuencia de un sabotaje en sus talleres, cuando el día 23 de enero de 1956 “personas ajenas a la empresa” procedieron a desmontar determinadas piezas vitales de un torno, una limadora, dos cepillos-puente y una mandrinadora. En esta ocasión, Julian Eguiguren recurrió de nuevo a la vía judicial para interponer una denuncia contra José Ignacio Apestegui Arrese.
El tercer pleito fue promovido por Julian Eguiguren contra las entidades Industria y Gestión, S.L. y Construcciones Mecánicas San Telmo, S.A., ambas domiciliadas en Zumaia, a raíz del cual esta última se vio obligada a crear una nueva sociedad, bajo la denominación de Industrias Satesa,S.A., por considerar el juez la “nulidad por simulación absoluta o inexistencia” de la anterior sociedad anónima.
Julian Eguiguren falleció el 22 de diciembre de 1971, el mismo año en el que la empresa cesó sus actividades.
Características y Producción: En 1948 comenzó sus actividades en dos talleres de Zumaia. Uno en la calle del Puerto, en la actual Upela Enparantza 4, con tres tornos mecánicos de 1 m. con 2 HP; dos tornos de 1,50 m. con 2 HP; un torno de banco de 400 mm.; dos limadoras de 500 mm. con 2 HP; un taladro de 25 mm. con 1,50 HP; un taladro de 10 mm. con 1,50 HP, y una pulidora-esmeril con 1,50 HP. Y el otro en la carretera de la estación, en la calle Etxezarreta, a la altura del nº 6, con tres tornos mecánicos de 1 m. con 2 HP; dos tornos de bancada plana de 1 m.; una limadora de 500 mm. con 2 HP; una fresadora de 1 HP; un taladro con 2 HP, y una pulidora-esmeril de 0,25 HP.
Para comenzar con la fabricación de tornos, el año 1950 se instaló en el nuevo edificio de dos plantas que construyó en el antiguo Camino del Faro, actual calle Juan Belmonte, obteniendo la correspondiente autorización de la Delegación de Industria. Los años siguientes fue ampliando sus instalaciones alquilando otros locales a lo largo del mismo Camino del Faro.
En 1953 arrendó, por breve tiempo, la fundición que tenia S.A. Balenciaga, en una de las naves de la antigua yutera, sita en Ondartxo, para el piecerío que hasta entonces le suministraba la fundición «San MIguel» de Lakuntza. No obstante, en 1956 instaló su fundición de hierro en el barrio Jadarre, en el edificio que anteriormente albergó la fábrica de conservas de la Vda. de Natalio Ibarra.
En 1963 arrendó un local situado en el edificio del garaje del Hotel Amaya, en la plaza Gálvez Cañero, donde anteriormente José Ángel Urteaga Moro tuvo un taller de galvanoplastia, para instalar: un torno ‘Ajar’, un taladro ‘Asa’, una rectificadora de superficies planas, un compresor ‘Abc’ para pintura y un probadero de tornos.
Ante la situación de dispersión de sus talleres en diferentes locales, a lo largo del Camino del Faro, el año 1965 decidió tender a una mayor concentración de sus instalaciones e ir liberando las que poseía an el Camino del Faro, llevando para ello las secciones de mecanizado y montaje a un edificio del barrio de Ondartxo propiedad de Victoriano Celaya, anteriormente ocupado por el taller de galvanizado de Francisco Aizpurua.
Este importante paso en la dirección de concentrar su actividad productiva, era el previo, en los planes de Julian Eguiguren, al proyecto de traslado del conjunto de sus instalaciones a la denominada “zona industrial», en la zona de la Estación, donde pensaba construir una nueva factoría, para lo cual ya contaba con la concesión de un crédito de 14.000.000 de pesetas, por parte del Banco de Crédito Industrial. No obstante, no llegó a realizarse el proyecto.
La empresa de Julian Eguiguren se especializó en tornos paralelos universales, comercializados bajo la marca “JEGUI”. Fabricó diferentes modelos, de las series ‘Timba’, ‘Ayax’, ‘Ajar’, ‘Jegui’ y ‘Ona’,
que cubrían una amplia gama de características, con distancias entre puntos de 750 a 3.000 mm. y una altura de puntos comprendida entre 180 a 310 mm.
Registró varias patentes. La primera el año 1950, de un torno paralelo con poleas escalonadas y correa plana en el cabezal, probablemente el modelo Timba; el año 1951 fue la de un torno paralelo con dispositivos acoplados de cambios automáticos de velocidades por correas trapezoidales; en 1957 patentó un torno mecánico paralelo rápido; en 1958 una caja de velocidades para instalar en el cabezal, y el año 1961 el modelo de utilidad de una caja de engranajes perfeccionada para cabezales de tornos mecánicos.
En la década de los sesenta llegó a producir hasta dos o tres tornos al día, siendo vendidas además de en el Estado español, en Francia, Alemania, Israel y en Latinoamérica.
Con su visión comercial, Julian Eguiguren evolucionó sus productos pasando de un modelo de torno sencillo y barato (con una polea de tres escalones en el cabezal, orientado a pequeños talleres mecánicos, garajes etc.) hacia modelos más modernos y competitivos y no solo para el mercado nacional, sino también, para el internacional.
En una documentación remitida a la Delegación del Ministerio de Industria, el año 1956, dice haber exportado más de 50 tornos con destino a Brasil, Chile y México,
y con un compromiso adquirido de exportar 6 unidades mensuales. A finales de los años 50 participó, con dos modelos distintos en la Feria Internacional de la Máquina Herramienta de Bruselas, muy probablemente fue el año 1958 dentro de la Expo de Bruselas. También estuvo presente en un concurso internacional convocado por el Gobierno de Grecia para suministrar tornos a una red de escuelas profesionales a nivel nacional. Julian Eguiguren ganó ese concurso, pero, quedó sin efecto a consecuencia del golpe militar que tuvo lugar en aquel país, el 21 abril 1967.
Otra de sus preocupaciones fue la de disponer de los medios de producción adecuados para asegurar la calidad y competitividad de sus productos.
Así, se pueden citar algunas máquinas de marcas con gran renombre, técnicamente avanzadas para la época, compradas por Julian Eguiguren: pulidora rectificadora suiza, de la marca «Studer»; rectificadora hidráulica de superficies planas, marca «Jones&Shipman», de Inglaterra; pulidora bruñidora de orificios, marca «Delapena», de Inglaterra; rectificadora de bancadas italiana, marca «Zocca».
La empresa llegó a tener una plantilla de más de 100 trabajadores y generó empleo inducido en varios talleres auxiliares de Zumaia.
