Resumen: En 1900 Gracián Alberdi, vecino de Urretxu, instaló la fábrica de cementos “La Carmen” en Arroa Behea. Más tarde, la propiedad de la fábrica pasó a su hijo Juan Alberdi Garcia. En 1936, Joaquín Bau y Ramón de Caso Suárez se asociaron con el nieto de Gracián Alberdi, del mismo nombre, y dos años más tarde la sociedad pasó a denominarse A.B.C., S.A. En 1950, Alberdi y Caso adquirieron las acciones de Bau y la sociedad pasó a denominarse Cementos Alberdi S.A. En 1975 la empresa fue absorbida por Cementos Rezola S.A., que continuó su actividad hasta 1999.
Historia:
Gracián Alberdi Aranguren, fundador de la fábrica, aunque nació en Zestoa en 1842, era vecino de Urretxu, de donde fue alcalde. Al igual que su padre Juan y su tío Gracián, ambos Alberdi Celaya, fue socio de la fábrica de cementos de Oikia. Además fue propietario de Cementos de Bríncola, Cerillas de Urretxu y Muelles de Acero Eguzkia.
El año 1900, siendo socio de la fábrica de cemento Olave y Compañía, decidió disolver esta sociedad y crear una fábrica nueva ubicada en Arroa Behea. La denominó “La Carmen”, y su construcción se finalizó en 1901.
Según figura en un documento, en 1858 Gracián Alberdi estuvo en contacto con Corta, de Agote, para una eventual venta de cemento a Francia, y en el mismo se dice que residía en Zarautz. También se sabe que tuvo una fábrica de cementos en Brinkola, a partir de 1904. En 1917, Juan Alberdi, hijo de Gracián, fue promotor de la fábrica Cementos de Lemona, y para el año 1926 la de Arroa Behea ya estaba a su nombre.
Debido a la dureza de la situación de crisis, el año 1936 se incorporaron dos nuevos socios, Joaquín Bau y Ramón de Caso Suárez. En aquella época Gracián Alberdi (hijo de Juan) era el director de la fábrica. En 1938 la sociedad cambió de nombre y pasó a llamarse A.B.C., S.A. (iniciales de los apellidos: Alberdi, Bau y Caso), contando con un capital de tres millones de pesetas. Poco después, en 1941, realizaron una ampliación de capital de cuatro millones de pesetas y el siguiente año una nueva de cinco millones de pesetas.
En 1950 la sociedad volvió a cambiar de nombre, para convertirse en Cementos Alberdi, S.A., después de que Alberdi y Caso adquirieran las acciones de Bau. En 1959, Cementos Rezola adquirió las acciones de Cementos Alberdi S.A., y en 1975, Cementos Rezola S.A. absorbió definitivamente a Cementos Alberdi.
Después de numerosos cambios en la gestión y propiedad de Cementos Rezola, ésta quedó bajo el control de Italcementi Group, en 1994. En 1999 cerraron la fábrica de Arroa Behea definitivamente.
Características y producción:
En 1901, cuando se inauguró la fábrica, contaba con unos magníficos edificios bien ordenados. Siete años despues, se constata la existencia de 9 hornos y 5 trituradoras, sistema Averly, para moler, 4 ruedas de molino Morel y un tubo de refinar denominado “Dana”, utilizando como fuerza motriz una máquina de vapor de 200 CV. El año 1904 adquirió el salto de agua de Badiolegi, en Azpeitia, que tenía una altura de 7,40 metros,. En 1926 utilizaba además de éste el salto de agua “Alberdikua” de Lasao, para el suministro de energía eléctrica.
Los niveles de producción que alcanzó pronto le situaron, junto a “Bedua”, en los puestos de cabeza entre los fabricantes de cemento natural de la zona. Estas fueron las producciones de los primeros años:
Año |
1904 |
1907 |
1910 |
1913 |
1916 |
1929 |
1930 |
Toneladas |
14.000 |
15.000 |
11.500 |
14.175 |
9.460 |
9.536 |
8.323 |
En 1933, ante la caída del mercado de cemento natural, iniciaron un proceso de transformación de la empresa para dar cabida a la producción de cemento del tipo Portland. En sustitución de los hornos iniciales instalaron uno moderno vertical automático de la empresa alemana Humbolt Deutz Motoren A.G., de Colonia, con una capacidad de producción de 80 toneladas de clinker al día. Con las inversiones realizadas, a partir de 1934, la capacidad de la fábrica se amplió notablemente: 30.000 toneladas de cemento Portland, 20.000 toneladas de cemento puzolánico Paramar y 20.000 toneladas de cemento natural al año.
El cemento Portland era comercializado bajo la marca “Arrona” y el cemento natural tipo Zumaya con la marca “Alberdi”, diferenciando dos calidades, “Zumaya Alberdi rápido”, para obras marítimas y “Zumaya Alberdi lento”, para fabricar hormigón con hormigoneras.
Para producir el cemento Portland necesitaban calcinar, junto con la marga, piedra caliza de buena calidad, para lo que en 1939 se inicia la explotación de la cantera de Usabiartza de Itziar y en 1941 comenzaron a construir un tranvía aéreo con el fin de unir la cantera y la fábrica. La línea del tranvía tenía una longitud de 3.780 metros y se inauguró en 1945. Es probable que las torres soporte de la línea fueran las desmontadas de la instalación del cable aéreo que unía Andazarrate con Malla Arria o Mollarri, de Zarautz, perteneciente a la Compañía Minera de Álava y Guipúzcoa.
En la década de los 50 hubo que realizar numerosas adaptaciones: en 1950 compraron el nuevo molino para refinar; en 1952, el nuevo horno vertical para el clinker; en 1953, adquirieron dos molinos verticales con capacidad para 60.000 toneladas anuales. En la década de los 60, continuaron introduciendo innovaciones: en 1962, adquirieron un horno rotativo horizontal tipo “Lepol”, de la firma alemana Polysius, y en 1965, instalaron los molinos Compound. Además, en 1966, construyeron la nueva línea para producir “cemento blanco”, con la colaboración de Ciments Français. Para ello contaban con la autorización oportuna concedida por el Ministerio de Industria el año 1960.
En 1953, la empresa contaba con una plantilla de 160 trabajadores, de los cuales 39 se dedicaban a labores técnicas y administrativas. Aparte de los trabajadores de la propia fábrica, hay que contar a los empleados de las minas “Etxaide”, “Luisito”, “S. Pelayo” y “Garestiya” como trabajadores de la cementera.
Al año siguiente dejaron de fabricar el cemento natural, cerraron las minas de Aizarna y en adelante se especializaron en la producción del cemento Portland.
El año 1969, la empresa tenía un capital social de 45.000.000 pesetas y disponía de oficinas en Donostia y Zumaia. Dicho año, la plantilla de personal era de 162 personas, compuesta por 3 directivos, 5 técnicos, 11 administrativos y 143 obreros. Dos años más tarde, eran en total 110, de los cuales 2 eran directivos, 5 técnicos, 10 administrativos y 93 obreros.
Las ventas de cemento se dirigieron a todo el Estado español, Madrid, Valladolid, León, La Rioja, Burgos, Ávila, a los litorales norte, oeste y suroeste, donde la aplicación del cemento natural era muy apropiada, a las Islas Canarias o las colonias africanas de España. El cemento se transportaba, principalmente, por tren desde Arrona o por barco desde el puerto de Zumaia.