Resumen: Empresa de construcción naval fundada el año 1918 por seis socios entre ellos José Ajuria, Calixto Yeregui, Angel Galardi y José Agustín Arbillaga personas relevantes en la industrialización de Zumaia, en la primera mitad del siglo XX. Este astillero dedicado a la construcción de barcos de madera, tenía la singularidad de disponer un dique seco. Tuvo una vida corta por la venida del ferrocarril del Urola al puerto. En sus gradas fue construido el pailebot “Nati”, embarcación conocida por su dramático final.
Historia: Aunque es muy escaso el conocimiento de estos astilleros entre los zumayanos y a pesar de que su vida fue efímera, se han encontrado numerosas referencias que dan información acerca de la actividad desarrollada en los mismos.
Fue el 2 de febrero de 1918 cuando, José Ajuria Tauste, médico, vecino de Zumaia junto con Calixto Yeregui Manterola, mecánico, Angel Galardi Santa Cruz, contable, (ambos vecinos de Zumaia y socios de Yeregui y Compañía, empresa ubicada en terrenos adyacentes al astillero; Pedro Uranga Linazasoro, carpintero, vecino de Zumaia; Jose Agustín Arbillaga Emazabal, médico, vecino de Azkoitia, propietario de la yutera o fábrica de sacos de Zumaia, y Alvaro Churruca Murga, representado por Arbillaga para el acto de constitución, ante notario, fundaron la sociedad comanditaria Ajuria, Yeregui y Compañía, «Astilleros de Zumaya».
El objeto de la sociedad es la construcción y reparación de buques en general y otros trabajos análogos. El domicilio se establece en terrenos de José Agustín Arbillaga, en la calle Etxezarreta, de 4.000 m2 de superficie. El capital social asciende a 50.000 pesetas, aportando cada socio 10.000 pesetas, menos Ajuria y Galardi que aportan 5.000 pesetas cada uno. La administración y gerencia se encomienda a Calixto Yeregui y Pedro Uranga, encargándose el primero de la confección de presupuestos y contratos con una retribución de 150 pesetas mensuales y el segundo de la dirección de los astilleros en general, percibiendo 200 pesetas mensuales.
La empresa figura entre las bajas en la Matrícula Industrial de Guipúzcoa del año 1920.
Características y producción: El emplazamiento del astillero está determinado en un plano del año 1922 como ‘Dique Seco’, en terrenos adyacentes a los talleres de Yeregui y Compañía, que más tarde fueron ocupados por Yeregui Hermanos, a la altura de donde pocos años después se construyó el edificio de la estación del puerto, del ferrocarril del Urola.
Los terrenos donde se instaló el astillero eran propiedad de José Agustín Arbillaga, quien adquirió el compromiso de construir por su cuenta el dique seco y los pabellones del astillero para finales de mayo de 1918 y dar en arrendamiento a la sociedad, encargándose él mismo de solicitar el permiso para instalar la compuerta del dique, Y en la reunión del 5 de setiembre la Corporación municipal acordó aprobar dicha solicitud «.. por cuanto el paso libre y obligado del malecón deja sobrado con una pasarela de dos metros de anchura que siempre estará obligado a mantener en buen estado para que por el mismo discurra la gente sin entorpecimiento alguno, excepto en los momentos de utilización/apertura de las puertas»
Según recordaba Aquilino Elosua, «En los terrenos que luego fueron de Yeregui Hermanos había un canal que salía hasta el rio Urola y que tenía en el centro un dique que se abría y se cerraba a voluntad. En ese canal solíamos nadar muchos niños del pueblo, era una piscina de la época.»
Es de destacar que este ‘Dique Seco’, fue probablemente el único de Gipuzkoa en aquellos años y tenía unas dimensiones de 15 metros de ancho y 50 de largo, se desconoce la altura, según el plano antes citado, de 1922. Este tipo de diques eran también conocidos como ‘diques de carena’.
Las instalaciones de los astilleros, además del dique seco, disponían de una tejavana a dos aguas, distribuida en ángulo recto, de 35 metros de longitud cada lado, y 10 metros de ancho, bordeando el dique por sus lados oeste y sur.
José Agustín Arbillaga aportó en concepto de participación en el capital la maquinaria siguiente: dos sierras de cinta y una regruesadora con tupí con sus accesorios. Además, se comprometió a suministrar el fluido eléctrico necesario al precio de 0,17 pesetas el kilovatio.
Sus restos afloraron durante las obras de construcción de las viviendas de Kantauri plaza, sin que nadie se preocupara en documentar, con unas fotografías y un informe descriptivo, las características de esta singular infraestructura de la segunda década del siglo XX, perdiéndose una gran oportunidad para completar la memoria de esta parte del patrimonio industrial de Zumaia.
En estos astilleros se llegaron a construir al menos tres barcos de madera: ‘Nati’, ‘José Luis’ y ‘Ramonín’. El ‘José Luis’ y el ‘Ramonín’, de 13,88 m. de eslora, 22 toneladas y propulsados con máquinas de vapor, eran pesqueros construidos para Pesquerías Asturianas.
El «Nati»
Del tipo ‘pailebot’, fue botado en estos astilleros en marzo de 1919 para el armador Vicente Irigoyen, de Donostia. Era un barco de 300 toneladas, 30 m. de eslora, 7,20 de manga, 3,50 de puntal y equipado con un motor de 80 caballos de Yeregui y Compañía. Según la crónica de la botadura publicada por ‘Vida Marítima’, «(…) el barco está clasificado por el Veritas y fue bendecido por el coadjutor de Elgoibar, José Yeregui, hermano del constructor». En dicha crónica se informa, asimismo, de que (..)” en los mismos diques han sido puestas las quillas de dos nuevos vapores y en breve se construirán también otras dos embarcaciones de pesca de las llamadas de pareja de arrastre”.
Otra referencia a la botadura de este barco aparece en la obra de Anastasio Arrinda, sacerdote, escritor e hijo del que fue patrón del ‘Nati’, Eustaquio Arrinda, titulada ‘Euskalerria eta arrantza’, donde relata que cuando tenía seis ó siete años vino un día a Zumaia a ver la botadura: “Karabiñero-etxe-atzeko erriberan iru mastako barkua agertzen zan. Zuria, beladuna. Eder-ederra. Zuri-zuria. «Nati» zuan izena eta bazuan motor-laguntzaille bat ere, portuetatik irten eta sartzeko. Botadura egiteko margodun ikurriñez apaindu zuten beetik-gooraiño (..)«
El ‘Nati’ tuvo un final dramático. Según consta en varias noticias y crónicas de diversos medios, se hundió en el puerto de Málaga el 21 de marzo de 1921, día de lunes santo. Fue a consecuencia de la explosión de una carga de barriles de gasolina y petróleo que llevaba con destino a Santander. Los heridos, por quemaduras, que estuvieron hospitalizados varios meses fueron: el patrón Eustaquio Arrinda y los marineros Francisco Marqués, Antonio Manterola y Antonio Aizpuru; el segundo de ellos, un zumaiano de 14 años.
También, Anastasio Arrinda, en su obra antes citada, hace una descripción detallada del accidente y tocando el lado más humano, tal y como le contó su padre, a la sazón patrón del barco. Eustaquio Arrinda, no volvió a navegar más en barcos de vela. El año 1927 se constituye PYSBE (Pesquerías y Secaderos de Bacalao de España), con base en Pasajes y Eustaquio fue el primer capitán de la empresa. Hizo al menos 54 viajes a Terranova.
Según relataba José Manuel Manterola Aizpurua a la revista Baleike, de marzo de 2005, el velero de cabotaje, San Telmo, en el que navegaba su padre, llevaba de patrón a Eustaquio Arrinda, que vivía en Zumaia, en la calle San Telmo. Aunque no precisaba la fecha, puede pensarse que fue antes de construir el Nati. El velero San Telmo fue construido en Zumaia, se desconoce el constructor, en 1898.