Resumen: Antes de que Niceto Aranguren Iturbe fundara la fábrica de cementos “San José”, en el barrio de Narrondo, en 1887, explotó la fábrica de Iraeta, tomada en arrendamiento al Duque de Granada. Tras fallecer Niceto, tres de sus hijos formaron, el año 1892, la sociedad colectiva Esteban Aranguren y Compañía. La fábrica, junto con las minas de lignito fue vendida a José Luis Echaide Olascoaga y Félix Zufiria Irastorza el año 1903. Creemos que la fábrica cesó su actividad hacia el año 1907.
Historia:
Niceto Aranguren Iturbe nacido en Urretxu en 1825, fue el fundador de la fábrica “San José” en el barrio de Narrondo, de Zumaia. En 1852 se casó en Zestoa con la vecina de Getaria Maria Ana Baeza Errazti y falleció en Zumaia el año 1891. Señalar que Esteban Aranguren fue alcalde de Zumaia entre los años 1897 y 1901.
Antes de construir la fábrica de Narrondo, Niceto Aranguren tuvo en arrendamiento la fábrica de Iraeta, del Duque de Granada de Ega, entre los años 1877 y 1886. En esa época, en concreto el año 1883, se constituyó la Liga de fabricantes de cemento hidráulico, en la que participó Aranguren, y en cuyo documento fundacional se cita, entre los compromisos que tenía pendientes, el de suministrar cemento durante tres años a la Comandancia de Pamplona, seguramente se refiere a la Comandancia de Ingenieros.
Ya habían comenzado las obras de construcción de la nueva fábrica “San José”, cuando en abril de 1885 se inauguró la fábrica de Bedua.
En 1886, por Orden Real del 15 de marzo se autoriza la habilitación de un embarcadero en Narrondo, a orillas del rio del mismo nombre, para la carga de cemento en gabarras y su transporte al puerto de Zumaia. Es en 1887 cuando se funda la fábrica.
Tras la muerte de Niceto Aranguren en 1891, el 15 de febrero del año siguiente, tres de sus hijos, Esteban, Eulogia y José Franco Aranguren Baeza, forman la sociedad regular colectiva Esteban Aranguren y Compañía, ante el notario de Zumaia, Francisco Otermin, con un capital de 100.000 pesetas, correspondiendo el 75% a Estaban, el 18% a Eulogia y el 7% a José Franco. Apuntar, que dicho año, otros dos hijos de Niceto, llamados Antonio y Félix Ramón se encontraban en las minas de Zapucay, Departamento de Rivera, en Uruguay.
Desconocemos las razones que movieron a ello, pero el 11 de mayo de 1900, Esteban Aranguren, en representación de sí mismo, de su hermana Eulogia y de su sobrino Estanislao Aranguren Echaniz, hijo de José Franco que falleció en 1898, arrendó la fábrica “San José”, para dos años, prorrogables, a la empresa Yesos y Cementos, S.A., de Bilbao, en cuyo nombre actuó el director-gerente de dicha empresa, Daniel Basaldua Madina. Aunque, en la práctica, dieron por rescindido el contrato a los dos años, no llegó a formalizarse la rescisión hasta mediados de 1904.
Antes de dicha formalización, la fábrica, junto con las minas de lignito y la finca de Usarroa con su instalación eléctrica, fue vendida a José Luis Echaide Olascoaga y Félix Zufiria Irastorza, vecinos de Zestoa, el 29 de julio de 1903, a quienes se le adhirieron Esteban Aranguren y José Ruiz de Eguino Lizaso, abogado, de Donostia.
Al fallecer Esteban Aranguren, el 5 de octubre de 1903, su viuda María Dolores Sainz y Ortiz, acuerda con el resto de socios y con el tutor de sus hijos, Ignacio Villar, continuar con la explotación de la fábrica de cemento, bajo la denominación de “Sucesores de Aranguren” hasta que se constituya la nueva sociedad, y nombra como apoderados a los citados José Ruiz de Eguino y Félix Zufiria, para que actúen en su nombre en la gestión de la fábrica.
Creemos que la fábrica cesó su actividad hacia el año 1907.
Características y producción:
En el testamento de Niceto Aranguren se hace una breve descripción de la fábrica: “cuya obra es de cal y canto y cubierta de teja, contiene de superficie 1.470 m2 y tiene una máquina Sistema Rider de sesenta caballos de fuerza con sus dos calderas con buen local para las mismas, almacén de cemento, sala de trituración y cuatro hornos para la calcinación de la piedra”, cuenta además, con “una casita de nueva planta pegante a la carretera compuesta de suelo un piso para habitar y desván, en la que se halla instalada la oficina o escritorio de la fábrica, y la báscula para pesar carros con carga, con sus accesorios de caminos y muelle de embarque clasificado como puerto de cuarta clase bajo la denominación de puerto de Narrondo.”
La fábrica fue edificada sobre un terreno de sembradío de 4.130 m2 “(…) en los pertenecidos a la casería Narrondo Torrea”, comprado el año 1884 a Mariano José Ibargüengoitia, vecino de Bilbao. El caserío Narrondo Torrea, adyacente a dicho terreno fue comprado, en 1889 por Niceto Aranguren a Bernardo Zubizarreta.
Señalar que Mariano José Ibargüengoitia era cura párroco de la iglesia de San Antón de Bilbao y fue designado heredero universal de sus bienes por Francisca Echezarreta Power, fundadora del colegio de María y José de Zumaia.
El año 1888, la fábrica de cementos “San José” tenía cuatro hornos verticales y dos ruedas de molino impulsadas por máquinas de vapor.
Explotaban las minas “La Esperanza” y “La Esperanza aumento”, en el paraje llamado Olazarraga lindante con terrenos de los caseríos Baltzola y Baltzola-berri, en Zestoa, y “San Isidro” y “San Isidro-aumento” en el paraje de Apategi, en Aizarna, en la falda del monte Ertxiña, para obtener el carbón necesario para la producción de cemento.
Como el resto de las cementeras de la zona utilizaba la marga de las canteras de Ibañarrieta, tal y como se recoge en la escritura de contratación de servicios otorgada ante notario, el 2 de enero de 1898, por Esteban Aranguren e Ignacio Echeverria Zubizarreta, vecino de Zumaia y Casimiro Azpeitia Zubizarreta, José Galdona Zubizarreta, y los hermanos Luciano, José Agustín y Francisco Zumeta Arrona, vecinos de Zestoa, comprometiéndose los seis últimos “(..) a arrancar y conducir al pie de la carretera de las canteras de Ibañarrieta la piedra necesaria para la fábrica de cemento del primero, por seis años, al precio de siete y medio céntimos de peseta por quintal”.
No obstante, también tenían otra cantera de piedra en las inmediaciones del caserío Arzubiaga, en un terreno comprado por Niceto Aranguren a José Ibarguengoitia, el año 1884.
Para transportar el cemento desde el muelle de embarque de la fábrica al puerto de Zumaia tenían tres gabarras denominadas Narrondo 1ª, Narrondo 2ª y Narrondo 3ª, de 26, 13 y 46 toneladas respectivamente. Niceto Aranguren, tuvo, además, en sociedad con José Vicente Arostegui, de Deba, con una participación del 25%, el lanchón “Dos amigos”, transformado en quechemarín y el lanchón “Ángela y Pepita”, de 68 y 67 pies de quilla, respectivamente.
Participó en la Exposición Universal de Barcelona, del año 1888, donde presentó cuatro frascos de regulares dimensiones, en los que exhibió, piedra cruda, piedra calcinada, lignito para la calcinación del cemento y cemento elaborado. Fue merecedor de una mención honorífica.
El año 1897, Esteban Aranguren, proyectando “(..) hacer una instalación para producir fuerza eléctrica (..), por su cuenta, independientemente de la sociedad que tiene con sus hermanos, (..) utilizando el salto de agua que existe en los terrenos del caserío de Usarroa, en jurisdicción de Deva, propiedad de su suegro Manuel Sainz de Rozas (..), propone a sus socios emplear la fuerza eléctrica como fuerza motriz en la fábrica “San José”, “(..) en el precio y condiciones que establezcan los Sres. Arbillaga y Echaide Hermanos con los fabricantes Sres. Corta y Compañía y Don Pedro Gurruchaga (..)”, obteniendo la autorización de sus hermanos para ello.
El contrato de arrendamiento con la firma Yesos y Cementos, S.A., de Bilbao, del año 1900, además de la fábrica de cemento, incluía también la Casería Usarroa con sus pertenencias. Según las condiciones de arrendamiento, la renta fijada para el primer período de dos años era de 10.000 pesetas, pero siendo Esteban Aranguren y Compañía la que se encarga, en contrata, de la fabricación de cemento, así como de la conservación y reparación de todo lo que fue objeto de arrendamiento, obligándose a una producción mínima de 100.000 sacos de cemento cada año, así como a suministrar toda su producción a la Sociedad arrendataria, sin que pudiera vender nada absolutamente a nadie sin el consentimiento de ésta Sociedad. El precio estipulado del cemento, a pagar por Yesos y Cementos, S.A.
era de una peseta por cada saco de cemento de 69 kilos, puesto a bordo en el puerto de Zumaia o sobre vagón en el ferrocarril.
Actualmente, quedan algunos restos en la ribera del río Narrondo: un trozo de la chimenea, una parte de la nave principal de la fábrica y la “casita” antes citada. Existe otro edificio conocido como la casa del maquinista, que fue construida posteriormente y permanece habitada en la actualidad.
